Los malos días nos fortalecen,
y en los buenos se regocija este amor.
No hay lugar más perfecto que tu abrazo,
ni momento más intenso que en tu mirar.
La linea de pasión que roza entre lo salvaje y lo sublime,
tu y yo la hemos violentado
con este afan de querer y quemar,
este afan de amar sin parar.
Y si la vida nos guardaba este momento,
que lo congele justo en nuestro tiempo,
que nos guarde aún en la siguiente vida
o nos amarre en un beso perpetuo.
Y que sea tu voz la que entone estas letras,
y tus manos las que acaricien las mías.
Tu sonrisa la que alumbre mi vida
y siembres en mi la deseada semilla.
Y que sea tu amor el que cobije mi lecho
y mi pasión la que asfixie tu pecho.
O que muera el tiempo ahora
y seamos el final, o quizás el comienzo.